¡La neurociencia al servicio de la felicidad!
Muchas veces las personas no somos conscientes de que lo que pasa en nuestra cabeza acaba afectándonos al cuerpo. Esto ocurre, en parte, porque en determinadas situaciones ”se activa el cortisol, una hormona que trastoca el cuerpo. Un cortisol alto provoca irritabilidad y aislamiento”.
Una hormona contraria al cortisol es la oxitocina (la hormona del abrazo), que se ha visto rebajada durante la pandemia. “hay personas que nos provocan oxitocina y otras que nos provocan cortisol y no podemos remediarlo”.
Sin embargo, la persona puede fomentar hábitos que potencien la primera y rebajen el cortisol. Hábitos como el deporte (si se puede, en contacto con la naturaleza) y estimular pensamientos que activen oxitocina están al alcance de cualquiera.
En el siguiente enlace les muestro una breve conferencia de Marián Rojas Estapé, psiquiatra y divulgadora científica, donde explica la importancia de reconocer nuestras emociones para que nuestro cerebro rinda mejor.
Comentarios
Publicar un comentario